Colección Fiesta Raúl Gallego 2018

Presentamos nuestra primera colección de vestidos de fiesta, «Colección Fiesta Raúl Gallego 2018»

Invitadas Raúl Gallego

Diseños únicos y especiales.

Nacidos en Extremadura, nuestros vestidos buscan la comodidad de la mujer que los lleva y le ofrecen la mejor calidad.

 

Porque en Raúl Gallego nuestras prioridades son, calidad y diseño.


¿Eres juzgada por el vestido que vistes?

La triste y vergonzante realidad de nuestra sociedad es que la mujer ha sido considerada siempre un objeto, una posesión. Algo que hacía bonito y que debía complementar una vida perfecta pero, ¿y hoy? ¿hemos superado esto? O aún en este tiempo ¿Eres juzgada por el vestido que vistes?

En 2017 las mujeres estudian, trabajan, son jefas, son solteras (que no solteronas), no tienen por qué ser madres, tienen amigos no solo un marido, salen de fiesta, se defienden solas… En definitiva, son LIBRES.

Melania Trump¿Cómo puede ser, por tanto, que después de la investidura del señor Presidente  Donald Trump el 20 de enero de 2017, la única preocupación de la sociedad por la nueva Primera Dama, Melania Trump, sea el modelo que ha vestido?

¿Nadie se pregunta que aportará ella durante esta legislación? ¿Nadie más comprende que Melania Trump no es un complemento más de la campaña de su marido?

No, tienen razón.

Lo realmente inquietante y que debe quitarnos el sueño incluso ofendernos es que el traje azul que esta señora ha llevado durante la investidura de su marido es una copia del que lució Jackíe Kennedy en 1960. ¡Qué descaro!

Y por si pudiésemos excusar a la sociedad de este comportamiento alegando que aún no hemos visto a la Señora Trump en acción, lo más relevante que ha quedado de su antecesora, Michelle Obama, una mujer que ha demostrado ser una gran profesional y una gran persona, es su armario.

Así de cruda es la realidad. Noticiarios, periódicos y revistas han hecho un sinfín de repasos del vestuario de nuestra admirada Michelle. No sus discursos, no sus obras, no su naturalidad o inteligencia, no, solo los vestidos que ha llevado en sus apariciones públicas. Pero tranquilos, todas eran buenas críticas.

Claro, como no van a preocuparse luego las mujeres de que ponerse a la hora de ir a trabajar si son sus vestidos los que hablan de cómo son y de cómo trabajan.

Nada tiene que ver que una chica lleve un vestido simple porque es sencilla. Ella es simple porque lleva ese vestido. Si fuese un traje de colores vivos entonces sí, entonces sería una mujer fuerte y activa, pero como no lo lleva…

Y si toda mujer sigue estando condenada por ahora a un escrutinio estético, no digamos si esa mujer pasa a ser conocida o, peor, a ocupar un cargo público.

¿Qué es lo más esperado de todo el año? El vestido de Cristina Pedroche de Fin de año y si irá mejor ella o Anne Igartiburu. Y no se trata de que nos guste lo que lleva o no porque para el gusto se inventaron los colores.Cristina Pedroche

Es el hecho de que estemos esperando ver que lleva para criticarla (por supuesto no de un modo profesional a nivel moda) a nivel moral, que ella tenga que explica por qué ha decidido vestirse así, que la convirtamos en una referente bueno o malo del feminismo.

La libertad de la mujer es que nadie te juzgue por tus decisiones, no que dejen de hacerlo los hombres pero que otra mujer te siga llamando puta, ordinaria o peor, que eres una vergüenza para vuestro sexo por enseñar la piel… ¡¿eso qué significa?!

¿Solo se puede ser feminista si decides llevar pantalones y no un vestido con transparencias? ¿solo eres feminista si enseñas la ropa interior en una manifestación y no en la tele?

Al final, una vez más, juzgada por el vestido que viste.

¿Y la actual Reina de España Doña Letizia?, que si era republicana y se vendió a la monarquía, que si era independiente y ahora está a la sombra de su marido… ¿Acaso al decir casarse (por el motivo que le dé la gana) deja de ser una mujer válida para el siglo XXI?

Su carrera, todos sus estudios, todo su trabajo ¿se anula con una boda? Y ahora nada valoramos de eso, ni que sea una de mujeres mejor preparada y que mejor impresión causa allá donde va.

Todo es, “ha repetido vestido”, “no lo ha repetido”, “vaya zapatos”… Otra mujer más valorada por su vestidor.

No obstante, luego queremos que las niñas no se fijen en lo que llevan y en las apariencias físicas y les decimos que ellas deciden su futuro mientras le ponemos el tutú de ballet, las mallas de la gimnasia rítmica o el vestidito de los domingos. Porque si lleva un pantalón ¡o un chándal! Ya están echadas a perder.

CorseDe modo que dejemos que hablen de moda los medios de este campo, dejemos la moda para Vogue y Telva pero, por favor, en el restos de campos no continuemos tirando piedras contra nuestro propio tejado.

Basta de poner la zancadilla a una persona porque tiene vagina en lugar de pene. Habrá desaparecido el corsé, pero un vestido vaporoso puede ser igual de opresor.

Y como última reflexión, cuando hay brechas en tu propio batallón en la lucha contra el machismo, será más difícil, pero nunca imposible.